miércoles, 23 de enero de 2013

HUNGRÍA 1986





Márton Esterházy de Hungría ante la URSS 1986.




vs URSS


La Unión Soviética eleva su cotización

  • GRUPO B

AGENCIAS La URSS resolvió con gran facilidad su partido contra Hungría, que acabó completamente entregada. Al minuto, ya había marcado, lo que le permitió jugar con desahogo. Con un solo delantero en punta, pero con un listema bien montado y la aparición de los centrocampistas en el ataque, desconcertó a la defensa húngara durante toda la primera parte, por lo que se llegó al descanso con ventaja soviética de 30.
A falta de verla jugar en unas condiciones menos favorables -sin contar con un gol de ventaja desde tan temprano-, la URSS dio la sensación de ser una de las grandes selecciones de este campeonato. Su exhibición ante el primer equipo europeo clasificado cronológicamente para la fase final del Mundial, Hungría, que parecía ser uno de los complicados le vencer, convierte al conjunto soviético en el terror confirmado el torneo. La URSS consiguió seis goles, pero pudo lograr, al menos, cuatro más.
El equipo que presenta la URSS es bastante conocido, dolorosanente conocido, por los aficionados del Atlético de Madrid. Ocho de los titulares de ayer, más uno de los suplentes, Evtuchenko, pertenecen al Dinamo de Kiev, el cuadro que diera cuenta del Atlético con tanta superioridad en la reciente final. de la Recopa. Con todo, faltaba el más célebre, el extremo Blojin, ausente por unas molestias en una rodilla.
La baja del veterano Blojin fue posiblemente lo que desconcertó a los húngaros, que no esperaban a un equipo soviético con una solo punta, Belanov, respaldado por una línea de cinco centrocamipistas en la que Zavarov era el que sesituaba más adelantado. Con el gol del primer minuto, Hungría se desencajó algo. Entre el desconcierto provocado por ese tanto y los movimientos tácticos de loS eentrocampistas soviéticos, se produjeron continuos espacios abiertos entre la media y la defensa húngaras, e incluso a espaldas de ésta, que dieron origen a un recital de ocasiones de gol.
La URSS demostró excelente técnica en todos sus jugadores para desplazar el balón al primer lloque a 30 metros y con rapidez, de forma que ocupaban ensegaida los claros que quedaban en el débiII entramado defensivo de Hungría.
En la segunda mitad los soviéticos decidieron ahorrar energías. Se situaron atrás y esperarona los húngaros, por lo que se vio un partido de aspecto distinto. Ante el flojo fútbol de Hungría, la defensa de la URSS se sintió muy segura.





vs Canadá


Hungria no aseguró su triunfo hasta el minuto 75

  • GRUPO C
Hungría no dejó pasar mucho tiempo para encarrilar el encuentro y con el gol de Esterhazy, apenas transcurridas dos jugadas desde el pitido inicial, pudo emplearse ya con relativa tranquilidad. El peso de los seis goles recibidos ante la URSS, obligaba a los húngaros a ganar ineludiblemente al equipo más flojo del grupo. Hungría, después de su primer tanto, jugó con parsimonia, aunque sin un conformismo tan exagerado como el de Bulgaria frente a, Corea del Sur el día anterior. Esperó su oportunidad para rematas el triunfo y la encontró a un cuarto de hora del final.Si ante los soviéticos Hungría, recibió el primer gol antes de los dos minutos, en esta ocasión el equipo magiar hizo lo propio. Esterhazy se aprovechó de una jugada made in URSS entre Detari y Kiprich.

Canadá, aunque se esforzó, mostró su falta de experiencia. Hungría sabía que no podría ser como ante la URSS. Y no lo fue. Hasta Sweeney, enfadado y frustrado, acabó convertido en el primer expulsado del Mundial.


Márton Esterházy de Hungría ante Canadá 1986.

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vs Francia



Francia, con una nueva exhibición de fútbol fácil y ofensivo, derrotó, a una débil Hungría en el último partido del grupo C, en el que la selección francesa ocupó, con cinco puntos, la segunda plaza, igualada con la URSS, primera por mayor diferencia entre los tantos a favor y en contra.Francia jugó al gato y al ratón con Hungría. Durante gran parte del encuentro, la, selección campeona de Europa se dejó dominar para contragolpear mortalmente en sus típicas Jugadas al primer toque y de triangulación, utilizando las bandas para crear numerosas ocasiones de gol. Los franceses no marcaron más tantos porque en los últimos metros quisieron recrearse. Los húngaros, que pusieron toda la voluntad del mundo en el lance, fallaron estrepitosa e inocentemente cuando estuvieron fente al guardameta francés.

El partido se inició con claro control por parte de los húngaros, que no tenían más remedio que intentar ganar o, al menos, empatar para poder aspirar a obtener una de las plazas de clasificación para la segunda ronda. Era, de iodos modos, un dominio ficticio, pues los franceses habían escogido como arma mortífera el contragolpe. Los húngaros controlaban el balón con suma comodidad hasta llegar a la línea medular del campo francés, donde se encontraban acosados por la presión de los jugadores de Henri Michel, lo que provocaba inmediatamente, sus imprecisiones. A partir de ahí, Plati.ni, Giresse y Tigana construían un contragolpe apoyado, como siempre, en sus rápidas y fáciles paredes y, fundamentalmente, en la apertura por las bandas, donde Ayache y Amorós producían centros sobre el portal húngaro que pudieron provocar más de un gol.

Las tres mejores ocasiones del primer tiempo fueron francesas, aunque Garaba, en el minuto43 estuvo a punto de tmpatar en un excelente remate de cabeza que salió rozando el poste izquierdo del portal de Bats. Fernández, elevando mal el balón tras gran jugada de Éossis; Amorós, que envió un cabezazo fuera, y Platini, que quiso meter de una pirueta en el aire un centro de Ayache en lugar de controlado con el pecho,- pudieron ya aumentar la cuenta francesa. Los húngaros permitieron que el extraordinario centro M campo francés jugara a placer.

La segunda parte se inició, curiosamente, con una jugada idenfica a la'del madridista Michel en el partido frente a Brasil, pues el húngaro Dajka remató espléndidamente con la pierna izquierda hacia la escuadra derecha del portal de Bats, pero la pelota botó, esta vez sí, dentro del campo y, por tanto, no hubo gol. Desde ese momento, la maquinaria francesa se puso en marcha y no cesó de crear ocasiones de gol. Michel Platini, que se había inhibido totalmente del partido durante el primer tiempo, quiso dejar su marca, pero Stopyra lo estropeó en los minutos 53 y,67 de juego. El encuentro concluyó con una cómoda victoria francesa, que pudo ser mucho más amplia en caso de haber querido a neutralizar la ventaja goleadora (6-0) que consiguió la Unión Soviética precisamente contra el Conjunto húngaro





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